Jof estira los brazos y las piernas. Mia seca el pescante de la carreta y se sienta junto a su marido. Mikael se arrastra entre las rodillas de Jof.
Un pájaro solitario ensaya su canto después de la tormenta. Los árboles y los matorrales gotean. Desde el mar llega un viento fuerte y fragante.
Jof señala el cielo oscuro que va aclarándose y en el cual los relámpagos de verano relumbran como agujas de plata sobre el horizonte.
JOF: ¡Los veo, Mia! ¡Los veo! Allá lejos contra el cielo tormentoso y negro. Están todos allá. El herrero y Lisa y el caballero y Raval y Jöns y Skat. Y la Muerte, implacable maestro, los invita a bailar. Les dice que se tengan de la mano y entonces deben bailar en una larga fila. Primero va el maestro con la guadaña y el reloj de arena, pero Skat se balancea al final con su lira. Bailan alejándose del alba y es una danza solemne hacia la región de las tinieblas, mientras la lluvia les lava el rostro y les limpia las mejillas de la sal de sus lágrimas.
Se calla. Baja la mano.
Su hijo Mikael ha escuchado sus palabras. Se arrastra hacia Mia y se le sienta en las faldas.
MIA (sonriente): Tú con tus visiones y tus sueños.
Estocolmo, Junio 5 de 1956
sábado, 21 de noviembre de 2009
EL BAILE FINAL
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Una película soberbia. Debería ser de obligada visión, incluso contra la opinión del propio Bergman. Aunque debo decir que, para todos los que tenemos algún problema con la aceptación de la muerte, no siempre es recomendable.
Reciba mis cordiales saludos, ¡ feliz solsticio!
Gran película y enorme director. Saludos muy cordiales
Publicar un comentario