martes, 30 de junio de 2009

ORGULLO HETEROSEXUAL

El domingo pasado fue el día en que los homosexuales y lesbianas salieron a la calle a celebrar su condición, a mí me gustaría celebrar el día del heterosexual, ya que cada vez estamos más en minoría y somos menos sectarios. Todo ello me llevó a pensar en un bello texto clásico.
Según un escrito de Platón titulado "El banquete", Aristófanes cuenta que el mundo mítico de la antigüedad estaba formado por tres tipos de seres, los hombres-hombres que están representados por el sol, las mujeres-mujeres representadas por la tierra y los hombres-mujeres que son unos seres andróginos (andros-hombre y gino-mujer) simbolizados por la luna.
Es decir, que un ser era el compendio de dos y vivían todos felices y satisfechos. Pero los dioses se enfadaron con ellos y los partieron con rayos, de esta forma el mundo se dividió entre hombres y mujeres y todo se complicó demasiado y desde entonces los seres van buscando la mitad que les falta y nació así un gran problema. Cupido tiene que ayudar a los desmemoriados a encontrar a su media naranja, aún así, siempre hay medias naranjas que no encajan o no se encuentran nunca o que no son correspondidas.

miércoles, 24 de junio de 2009

REQUIEM

domingo, 21 de junio de 2009

THE INCIDENT

viernes, 12 de junio de 2009

FAHRENHEIT 451

En 1736 fundó el primer cuerpo de bomberos de Filadelfia, la Union Fire Company. Más tarde, en el año de su muerte en 1790, escribió un documento que alentaba y obligaba a los bomberos norteamericanos a la quema de cualquier libro de influencia británica en las colonias.
Benjamin Franklin sin saberlo sembró la semilla para que más tarde en el siglo XX, el escritor Ray Bradbury y el filósofo Heidegger hicieran florecer, con resultados totalmente opuestos, esa idea tan incendiaria. El primero con una gran novela y el segundo con unos pensamientos totalitarios que abrazaban las ideas más nazis de su admirado Hitler.

"¡Llama, instrúyenos! ¡Esclarécenos! ¡Muéstranos el camino del que ya no se vuelve atrás! ¡Qué broten las llamas, que se enciendan los corazones!"

Palabras del rector y filósofo Heidegger en la fiesta de solsticio de 1933 con antorcha en mano y delante de una montaña de libros.

lunes, 8 de junio de 2009

ELS PASSOS PERDUTS

domingo, 7 de junio de 2009

CRÓNICA DE ANNA MAGDALENA BACH

Del texto del libro "La pequeña crónica de Ana Magdalena Bach" se extraen pasajes de la vida del gran compositor alemán que rezuman un gran romanticismo y amor, propios de una esposa entregada y nos sitúan en una época en la cual aún la música no se consideraba un arte, sino un oficio, el propio Bach trabajaba sin descanso dando una obra prolífica y de inmenso valor artístico.
El libro de la editorial Juventud omite el nombre de la autora, de esta forma un lector poco avispado supone que está escrito por la segunda mujer de Bach (supongo que esa táctica está estudiada para poder vender mejor el producto). En las otras editoriales europeas no son tan zafios y ponen el nombre de la autora.
Lo cierto es que el libro se consideró anónimo y más tarde se atribuyó a una musicóloga de principios del siglo XX de nombre Esther Meynell que a su vez se inspiró en otro libro del 1802. Lo cual deja al lector un gusto agridulce. El libro está plagado de pasajes muy hermosos y nos transporta a una época donde Bach se dedicó exclusivamente su gran pasión, la música. Para su lectura recomiendo enfebrecidamente escuchar su música en especial las pasiones.
Para complementar la literatura del músico existe la gran película "Chronik der Anna Magdalena Bach" de Danièle Huillet et Jean-Marie Straub, donde la música no es un mero acompañamiento sino que actúa como protagonista total en toda la filmación siendo uno de los grandes homenajes al cantor de Leipzig, una película fundamental sobre Bach. En algunos planos del film musical se observa al maestro frente a su instrumento favorito, el órgano, el cual decía, es el que mejor refleja el alma.

"Cuando componía música o, mejor, cuando improvisaba, sobre todo en el órgano, era cuando volcaba su corazón y llegaba a las regiones de que provenía y en las que él, y tal vez sólo él, estaba como en su casa. Mucha de la magnífica música que fluyó de él no la volverá a oír ningún oído humano; no salía de él más que una vez, no la escribió nunca y se perdió para siempre, como él mismo, más tarde, en la armonía del cielo. Solamente una reducida comunidad de vivientes le oyó tocar esa música, y esas personas escuchaban, absortas, la variedad celestial de voces que fluía de su alma y de sus manos; pero cuando tales seres dejen este mundo mundo, se habrá perdido hasta el recuerdo de esa música, y ése es un motivo de gran tristeza para mí."
"La pequeña crónica de Ana Magdalena Bach" (Página 122)