lunes, 4 de enero de 2010

REFUGIO 307


Construido en el magnífico barrio del Poble Sec durante la guerra civil para proteger a la población de los ataques aéreos, este refugio tipo mina, se construyó con una longitud de 400 metros y una capacidad de 2000 personas. En su interior se construyeron unos lavabos al inicio del serpenteante túnel, una enfermería y una sala para los niños. En una ampliación posterior brolló de las entrañas de la montaña de Montjuïc una fuente de agua natural, todo un lujo para los asustados inquilinos.
A lo largo del claustrofóbico túnel estaban dispuestos unos bancos de madera para los civiles que como condición solo podían traer lo puesto, no se permitían maletas ni utensilios privados para no entorpecer el paso por el estrecho túnel. En algunos tramos las paredes estaban agujereadas para poder colocar unas pocas mantas.
Igual este refugio en la sala de los niños (segunda fotografía) fue el escenario del famoso payaso que hacía reír a los niños en los bombardeos sobre la ciudad y que el gran escritor Joseph Roth plasmó en un brillante artículo.
Al final de la guerra y al principio de la inmigración en Barcelona florecieron múltiples barracas y chabolas por los distintos barrios y Poble Sec fue uno de los que absorbió más, el nombre del barrio deriva de las fuentes de la montaña de Montjuïc que se secaron debido al uso no controlado de sus habitantes y de las fábricas instaladas cerca de la montaña. Volviendo al oscuro túnel del tiempo pasado una humilde familia de Granada se instaló durante 15 años en el refugio como vivienda habitual e incluso construyeron una chimenea como muestra la última fotografía. También fue morada de un hombre que se enriqueció cultivando champiñones a lo largo de los oscuros y húmedos pasillos, este hombre guiándome por los odiados tópicos podría haber sido catalán.

1 comentario:

Jove Kovic dijo...

Excelente apunte, amigo mío; podemos añadir que casi nadie se preocupó de este refugio, mientras sólo estuvo en la memoria de los trabajadores, pero las cosas cambiaron cuando la Barcelona exquisita empezó a encontrar cool hablar de la guerra civil.
Salud!