En mi corta pero intensa estancia en Bilbao pude volver a disfrutar de la exposición de grabados de Durero. Entre todos los grabados hay uno que me gusta especialmente, su título, "Melancolía I" y pertenece a la famosa serie de los tres grabados maestros junto "El caballero, la muerte y el diablo" y "San Jerónimo en su celda". La melancolía constituye un estado de ánimo muy presente en mí (los domingos por la tarde son el punto álgido) y eso debe explicar en parte mi debilidad por lo triste. A los melancólicos se les llama hijos de Saturno y en mi carta astral aparece el planeta de Saturno que prevalece frente al de otros planetas. Pero no soy el único bajo el influjo de este planeta, parece que Durero era bastante melancólico. Una teoría dice que el ángel meditabundo que aparece en primer plano era él con el famoso cuadrado mágico encima de su cabeza donde se lee la fecha de la muerte de su madre y al lado el reloj de arena indicando el paso inexorable del tiempo. En la antigüedad la melancolía no estaba ligada sólo a la tristeza profunda, sino también a la fantasía creadora y pertenecía a uno de los cuatro temperamentos. También trataban de resumir la constitución anímica de las personas en cuatro tipos de humores: el flemático, el sanguíneo, el colérico y el melancólico. De los cuatro humores el más temido era el melancólico ya que estaba comprobado que un exceso podía provocar la locura. El grabado es magnífico y está lleno de signos que parecen indicar algún o algunos mensajes crípticos, como el famoso cuadrado mágico en el cual la suma total de los números de sus casillas siempre da como resultado 34.
Para redondear mi estado anímico a la salida del museo chispeaba levemente y aceleré el paso para evitar el calabobos o el también llamado por estos lares chirimiri.
3 comentarios:
La melancolía es a veces un estado maravilloso, Andrei.Sobre todo cuando la inspira una obra como esta.
Como bien dices, el grabado es magnífico. En mi humilde opinión, tiene una belleza perturbadora y mística. También como Desperate creo que eres un afortunado por sentir la melancolía.
La teoría de los cuatro humores me parece muy interesante y misteriosa, llena de un encanto propio de las creencias de aquella época. Sin embargo, hace años, cuando leí sobre ella en un libro de historia, me pareció una guasa y me la tomé a broma. Es curioso como con los años nos volvemos más reflexivos.
Hola,
Con el tiempo aprendemos a apreciar de otra manera las cosas.
SAludos!!
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