martes, 15 de enero de 2008

ELOGIO AL CROISSANT


Antes de todo, las cosas claras y el chocolate espeso. El croissant es de mantequilla o no es. Uno de los mejores inventos de la repostería ha sido sin duda el delicioso croissant. La variedad de los croissants es inmensa, pero el auténtico croissant es el francés. Crujiente por fuera y tierno por dentro, que combina tan bien con el café como el zumo de naranja, un placer que atonta el paladar de buena mañana y deja un agradable gusto para empezar el día con buen pie. El mejor croissant dicen los gourmets lo hacen en París (como era de esperar) en concreto un ex-discípulo de Gaston Lenôtre, el señor Pierre Hermé, que regenta una pastelería en París con su mismo nombre. Otro motivo más para visitar la capital francesa. Parafraseando al escritor Vila-Matas en el título de un libro suyo "París no se acaba nunca". Sin duda, cuando vaya tomaré como tradición (al estilo palmera de coco bilbaína) un delicioso croissant en alguno de los lugares de esta lista francesa. En el artículo francés está la panadería Paul que tiene sede a modo de franquicia en varias zonas de Barcelona, y que por cierto, los hacen muy ricos.
Pero la historia del croissant es muy curiosa, para empezar es una creación de los reposteros vieneses y los franceses más listos que el hambre rápidamente se la hicieron suya. La historia se remonta a 1689 en el centro de Europa en concreto en Viena, cuando tras la victoria contra los turcos los pasteleros vieneses lo idearon en forma de luna creciente para de esta forma burlarse y comerse metafóricamente a los otomanos. Los franceses convirtieron la luna creciente en "une lune croissante". La deliciosa palabra croissant también tiene un parecido fonético con "croix sainte", es decir, cruz santa. La victoria de los cristianos frente a los mulsumanes dio origen a un delicioso bollo de hojaldre. Como suele ocurrir en todas las guerras siempre sale algo bueno, en este caso, está claro.

10 comentarios:

Feingeschliffen dijo...

No he tenido el gusto de probar el croissant de Hermé en la rue Bonaparte, muy cerca de la iglesia de Saint Germain des Prés. Cosas del tiempo. Se dice que también tienen el mejor pastel de chocolate de París.
PAUL es una cadena francesa y sus pastas son, por tanto, absolutamente auténticas.
En Barcelona, el mejor croissant lo hacen en Sacha, en la calle vallmajor (creo que usted conoce el barrio).
Saludos

maumaunoexiste dijo...

Cierto feingeschliffen, un croissant el de Sacha buenísimo, como todo lo que hacen allí. Sin duda una de las mejores pastelerías. Por desgracia, hace ya tiempo que no la visito así como mi ex-barrio. Podríamos hacer un día un paseo por la zona, quedar en plaza Adriano como antaño y visitar Sacha. Seguro que Sallanworld se apunta.
Saludos!!

Desesperada dijo...

mmm me gustan los croissants, pero no, desde luego, con tanta pasión como a ustedes. para mí el mayor placer del mundo es el helado de vainilla con nueces de macadamia de hagen dasz, si debe ser de fabricación industrial, y, si es artesano, el de un lugar maravilloso llamado giancarlo en Vigo, donde hacen unos helados impresionantes...

ekilore dijo...

Desperate, a mí me encanta el strawberry cheese cake, soy adicta pero reconozco que un croissant recién hecho...

Aquí en San Sebastián son deliciosos los de Otaegi, que también elabora deliciosas pantxinetas.

SallanWorld dijo...

Se ha hablado poco de los croissants de Sacha (bueno, Arcadi Espada les dedicó una vez un poema, cuando escribía en el entonces diario independiente de la mañana). Diminutos, caros y excelentes. A destacar también las madalenas en forma de seta, y los mini-croissants de chocolate.

Otro día, quizá aquí mismo, hablaré de los helados y la repostería cantábrica.

Así que, como pueden imaginar, me apunto cuando me dejen, al paseo. Quedando en Adriano, como es preceptivo.

Jove Kovic dijo...

Yo también me apunto, yo también me apunto - repitió él, turbado por la lujuria reposteril-.
Como trabajo justamente en la calle Vallmajor, mañana me zamparé un par a la salud de todos ustedes.

maumaunoexiste dijo...

Qué envidia Jovekovic. Cerca de mi trabajo está la pastelería Foix, y siempre que puedo me tomo un café con una pasta que me saben a gloria. Una mañana tonta de la Semana Santa podríamos hacer la visita a Sacha, propongo.
Saludos!!

Jove Kovic dijo...

Acabo de meterme dos cruasanes de Sacha...slurp!

Jove Kovic dijo...

Por cierto, estoy interesado en la visita tonta de la mañana tonta. Foix fue un poeta extraordinario, un pastelero mediocre y un empresario fascista e implacable. El talento para los fogones de sus primos y hermanos, dejó muy alto el pabellón familiar.
Aviso a navegantes:
No tengo prejuicios ideológicos a la hora de visitar pastelerías.

Alba Steiner dijo...

El croissant es absolutamente fascinante. Uno se puede llevar grandes decepciones, porque hay muchos croissants mediocres y tan pocos exquisitos. En efecto, París es el paraíso del croissant. Cuando viví allí me dediqué a hacer una ruta del croissant. Probé tantos croissants distintos como pude. El de Pierre Hermé estaba en mi lista de favoritos, aunque de allí, el mejor no era el croissant ordinario, sino uno relleno de una crema con un sabor similar a la frambuesa. Se llama croissant ispahan. Para mi gusto, el mejor croissant de mantequillad e París era el de Blé sucré, crujiente por dentro, tierno por dentro, con un gusto a mantequilla perfecto, no demasiado graso, pero nada seco.

En Barcelona todavía no he acabado mi ruta. Aún no he probado los de Hofman, de los que tanto me han hablado.