miércoles, 6 de agosto de 2008

EL HOSPITAL


"El tren paró en Nieczawy solo un momento. Disimuladamente, Stefan se abrió paso a empujones entre la multitud hasta alcanzar las puertas, saltó justo cuando resopló la locomotora y al instante oyó el estrépito de las ruedas a sus espaldas. Durante una hora había estado tan preocupado por bajarse allí, que se había olvidado del objetivo mismo del viaje. Y, por fin, respirando un aire tan puro que después de la mala ventilación que había en el tren le resultaba cortante, caminaba con paso inseguro, con los ojos entrecerrados por el sol, liberado e indefenso al mismo tiempo, como si acabara de despertar de un sueño profundo."

Así es como empieza uno de los mejores libros que he leído este caluroso verano. El protagonista es Stefan, un joven médico que después del funeral de su tío y de la forma más casual va parar a un sanatorio de enfermos mentales situado en medio de un bosque remoto de Polonia. El manicomio es una fuente de historias donde los médicos y enfermeros ofrecen una imagen más inquietante y sórdida que los propios locos. El gran Lem describe de forma impresionante los diferentes personajes y se adentra en los pensamientos del protagonista al estilo de la mejor novela centroeuropea de mitad del siglo XX. En sus trescientas y escasas hojas este libro no decae en ritmo en ningún momento, gracias en parte a que los diferentes capítulos están hilvanados de manera muy hábil lo que ayuda a leerlo con gran agilidad.
El personaje del poeta loco que dice estar escribiendo el libro que será definitivo y sus discursos ampulosos y llenos de latinajos hacen que a lo largo del libro poco a poco el médico se convierta en un mero discípulo del loco sabio. Este pasaje me hace recordar un gran relato de Chéjov titulado "El pabellón nº6" donde se establece también una relación entre médico y demente muy tormentosa y culta a la vez.
También merece destacar el capítulo de la estación transformadora de electricidad donde el médico se encuentra en uno de sus paseos por el bosque con el capataz Wolch, quien está al mando de la estación. El protagonista se siente atraído por el trabajo que realizan esos hombres sin el cual el hospital psiquiátrico pierde su utilidad (luz, electroshocks, ...). Todo con el transfondo de la Segunda Guerra mundial y de la ocupación de las tropas alemanas en Polonia que aflorará hacia el final de este gran libro.

No entiendo como un libro tan genial haya tardado tanto en traducirse al español, teniendo en cuenta que se trata de su primer libro, publicado en 1948, es decir, hace la friolera de sesenta años y con el agravante de ser un escritor conocido. Pero gracias a la editorial Impedimenta y a la cuidada edición en la cual aparece el nombre del traductor en la portada ha logrado que esta joya llegue a las librerías.
Todo un acierto.

3 comentarios:

Unknown dijo...

gracias por la recomendación. en cuanto mis sesiones frikiplayeras leyendo rojo y negro toquen a su fin trataré de encontrar esta novela. creo que me haré famosa en la playa...

SallanWorld dijo...

Hombre, Stanislaw Lem! Le recomiendo Provocación. Un libro corto, pero intenso....

Jove Kovic dijo...

Tomo nota de su recomendación. Leí el libro citado por Sallanworld, precisamente por su recomendación, y me pareció magnífico. Saludos y disfrute de estos días.