domingo, 10 de agosto de 2008

UNA SOLITARIA TARDE DE AGOSTO

El danzarín baile de la luz al movimiento de la blanca cortina y al son de la brisa veraniega me ilumina el ánimo en una desasosegada tarde de agosto y me invita a salir de casa.
Con el espíritu iluminado me dirijo a dar un paseo sin un rumbo fijo y confiando en el instinto aventurero.
El final de viaje urbano acaba en una amplia mesa formada por dos puertas de madera. En la entrada de este singular lugar se encuentra una enorme báscula pensada para antaño pesar mercancías transportadas por camiones o carros. Sentado y observando la calle y la amplia puerta con la báscula a modo de alfombra metálica me tomo un té japonés llamado sakura.
El barrio ha cambiado mucho y está maquillado por muchas tiendas fashion que no dejan ver su historia y su auténtico rostro. Las bellas dependientas parecen muñecas encerradas en sus vitrinas de cristal esperando como arañas que una nueva víctima caiga en su estilizada y cara tela.
Al terminar el primer sorbo de mi aromático té empiezo a leer un libro que llevo por primera vez de paseo. El arranque del libro promete, pienso entre sorbo y sorbo.
Ya de noche, con la iluminación de las farolas antiguas enganchadas con sus brazos metálicos a las pareces de piedra, trazo mentalmente el camino de vuelta a casa.
Sin tinta en la pluma acabo esta pequeña crónica sentado al lado de la báscula y escribiendo con un bolígrafo Parker que llevo encima para los casos de emergencia.

4 comentarios:

Jove Kovic dijo...

Y el lugar es?

Unknown dijo...

si, ¿cuál es? el retrato costumbrista es maravilloso, por cierto!

maumaunoexiste dijo...

Hola, el lugar se llama la Báscula sito en c/Flassaders 30 bis en el barrio del Born, es una sucursal de La Cerería
SAludos!!!!

Jove Kovic dijo...

Conozco La Cerería, pero no el local del que ahora habla.