"A partir de los diez años ingresó en el Todd School, un colegio especializado en muchachos superdotados. Ha pasado a la historia como el más superdotado de todos los alumnos allí albergados por espacio de unos cien años. Allí sí que estuvo a gusto y se llevó excelentemente con algunos de sus profesores, lo cual, no le impidió, sin embargo, discutir a menudo con ellos y sus teorías o gastarles bromas pesadas. Ya disponía de maquillaje de actor por entonces, y en una ocasión lo empleó para empalidecerse y fingir que se había ahorcado con un largo pañuelo. Su interpretación fue tan convincente que el profesor de historia sufrió un amago de infarto. Cuando se pregunto a Welles porqué había gastado semejante broma, contestó muy ufano: "Me pareció buena idea. Estaba ya aburrido de historia, en cualquier caso". Su relación fue no obstante magnífica con la gente de Todd, sobre todo si se la compara con el trato dispensado por Welles a los psicólogos de la Washington School de Madison, que tuvieron el privilegio de "observarlo" durante una temporada. Según relata su temprano biógrafo Peter Noble, el pequeño Orson se dedicó a tomarles el pelo, juzgándolos imbéciles y pomposos en sus jueguecitos y análisis. Cuando le decían: "Dinos lo primero que se te pase por la cabeza al oír la palabra oso de peluche", contestaba al instante: "El epigrama de Oscar Wilde según el cual un cínico conoce el precio de todo y el valor de nada". Los psicólogos, con un tal Mueller a la cabeza, no se rendían: "¿En que piensas al oír la palabra madre?"y Welles respondía sin pestañear: "El genio consiste en una inmensa capacidad para el esfuerzo", o cosa por el estilo. La escuela determinó, tras meses de pruebas, que el pequeño Mr. Welles, de diez años a la sazón, era un ser humano altamente interesante y desusado porque su personalidad era resultado de una profunda disociación de ideas."
Pero aún hay más, existe un cortometraje que representa los primeros bosquejos que más tarde serían las semillas que darían como fruto varias obras inmortales del séptimo arte. A los diecinueve años el joven genio de Welles cogió por vez primera una cámara cinematográfica y filmó "Hearts of Age" (Corazones del tiempo) de poco más de ocho minutos de duración. Fue durante una tarde estival de un domingo perdido del año 1934 y tan sólo tardó dos horas en rodarlo. Los actores eran su reciente esposa Virginia Nicholson, un amigo, y él mismo. A esa temprana edad ya era un director y actor teatral reconocido y había triunfado en Dublín con la compañía de Katherine Cornell. El cortometraje empieza con unos muy sencillos títulos de crédito escritos sobre un papel. En un principio parece un simple divertimento como él mismo la calificaría más tarde, pero si nos fijamos bien observaremos que tiene escenas nada despreciables. Sus imágenes rezuman el espíritu del cine alemán de los años veinte ("Nosferatu", "El gabinete del doctor Caligari"...). También se puede buscar una influencia buñeliana con el cadáver de la mujer en el interior del piano al estilo "Un chien andalou". La primera escena de esta miniatura fílmica tan peculiar se abre con una imagen de una bola de cristal muy parecida al artefacto con nieve artificial del inicio "Ciudadano Kane". En este experimento fílmico aparecen ya dos temas recurrentes en toda su obra posterior, la muerte y el dinero. Una vez más tengo que agradecer a esta red (da miedo pensar en su poder) de Internet el poder brindarnos a los aficionados aspectos del arte y de la vida misma, que antes ni siquiera podíamos soñar.
A continuación tengo el enorme placer, si no la han visto, de presentarles el primer trabajo detrás de las cámaras de ese monstruo del celuloide. Por cierto quiten el sonido, originalmente era totalmente muda y a disfrutar.
5 comentarios:
Welles tenía un perfil, por cierto, próximo al de la psicopatía. A pesar de eso, hay que decir dos cosas: no todos los psicópatas son superdotados, ni mucho menos y, en segundo lugar, "El tercer hombre" es una de las más grandes obras de la cultura contemporánea.
Feliz solsticio!
De acuerdo con usted, "El tercer hombre" es una maravilla de película con uno de los mejores finales de la historia del cine. Por suerte el director no hizo caso a Graham Greene y no lo omitió.
Saludos y feliz solsticio.
es una de las mejores películas que nunca he visto. si welles tenía rasgos de psicópata, en los caretos de esta peli se ve mejor que nunca!
bicos, maumau, pasa una feliz noche
Parece que Welles hizo suya "El tercer hombre" a pesar de no ser oficialmente su director...
Recomiendo una visita al Café Mozart de Viena.
Por cierto, el magistral final de la película no sería posible hoy: ¡El bueno fuma!
Hola,
Gracias Deseperate, Andrei te desea unas felices fiestas.
F. tienes toda la razón del mundo, creo que si no fumase en ese momento se haría fumador, es la única salida a esa situación.
Saludos!!!
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