CANTO I
Penetra el universo, y se reparte,
la gloria de quien mueve a cuanto existe,
menos por una y más por otra parte.
Yo al cielo fui que más su luz reviste
y vi lo que, al bajar de aquella cima,
a poder ser contado se resiste;
pues cuando a su deseo se aproxima
nuestro intelecto, se sumerge tanto
que la memoria ya no se le arrima.
Mas, en verdad, cuanto del reino santo
mi mente atesorar haya podido
ahora será materia de mi canto.
DANTEla gloria de quien mueve a cuanto existe,
menos por una y más por otra parte.
Yo al cielo fui que más su luz reviste
y vi lo que, al bajar de aquella cima,
a poder ser contado se resiste;
pues cuando a su deseo se aproxima
nuestro intelecto, se sumerge tanto
que la memoria ya no se le arrima.
Mas, en verdad, cuanto del reino santo
mi mente atesorar haya podido
ahora será materia de mi canto.
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