domingo, 5 de abril de 2009

LA CALLE DE LOS COCODRILOS

Los hermanos Stephen y Timothy Quay desde su primera película "Nocturna Artificialia" (1979) han experimentado en el terreno cinematográfico de la animación y de las marionetas.
Nacidos en Pennsylvania en 1947 estos gemelos que físicamente son idénticos, rehúsan aparecer en público y realizan ellos mismos casi todas la labores de sus producciones cinematográficas. Como los antiguos maestros artesanos que quieren cuidar su obra hasta el mínimo detalle.
Sus cortometrajes son muy especiales, no tienen una narración lineal, más bien se mueven en el terreno de lo onírico y surrealista. Sus obras están plagadas por las perspectivas falsas, espacios mareantes, claustofóbicos, llenos de maquinarias raras creando de este modo unas atmósferas únicas, en algún momento incluso kafkianas. Fascina la compleja elaboración de los encuadres e inspira a cineastas consagrados como Lynch, Greenaway o Burton e incluso a finales de los años ochenta colaboraron con Peter Gabriel en su videoclip "Sledgehammer". Los cortometrajes de los Quay me recuerdan en cierto modo al cineasta canadiense Guy Maddin que filma siempre sin sonido ni color e igual que los gemelos Quay trabaja mucho la composición del encuadre creando pequeñas maravillas en cada fotograma.
En definitiva su cine remite a los films surrealistas de Buñel, a la atmósfera de "Vampyr" de Dreyer por citar dos clásicos. Los Quay fabrican unas imágenes muy especiales que transmiten sensaciones muy diferentes que cualquier película actual. Con su estilo único, trabajando el fotograma como si un lienzo se tratase logran crear un nuevo arte no demasiado explorado.


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