Ayer fui presa de un ataque o impulso literario. Rápido y veloz abandoné el hogar. Con la bicicleta llegué a la librería antes de lo que calculé. Paseando con las dos ruedas todo se ve un poco diferente, quizá con más libertad. La Central estaba más llena de lo que pensé. La gente que miré parecían que no les correspondía el lugar, forasteros del país de las letras, pensé. Observé que los dos libros que deseé, estaban allí. Con incredulidad en mi suerte cogí los últimos ejemplares que quedaban, que suerte la mía, pensé. Camino a la caja sorteé a más forasteros cuando vi como hoja caída de árbol invernal, una miniatura encima de unos libros que no le correspondían, no me lo puedo creer, también era el último ejemplar, aluciné. El libro me pedía a gritos ser rescatado para ser liberado de manoseos indiferentes. El libro de W.G Sebald versa sobre Robert Walser. Un delicioso ensayo de dos paseantes ilustrados. De vuelta veloz y rápido tomé la medicina para paliar el ataque literario.
El libro de Sebald me curó creando un poso luminoso y reparador, en mi interior. En la cama cavilé que había sido víctima de una extraña llamada, la de los libros, me convencí al pensar que eran los últimos ejemplares que quedaban (de los tres libros, increíble) y me daban telepáticamente su último aviso. Los libros tienen vida, al leerlos resucitan con sus palabras resonando en nuestro interior, reflexioné. Me dormí pensando cuando sería la próxima "llamada". Espero que el próximo arrebatamiento literario no sea tan intenso y si lo es, la medicina sea al menos tan reparadora como la del Doctor Sebald.
viernes, 28 de diciembre de 2007
LOS PASEANTES SOLITARIOS
Publicado por maumaunoexiste en 28.12.07 6 comentarios
Etiquetas: Literatura
lunes, 24 de diciembre de 2007
SPAM
La definición de este término americano es: correo basura o sms basura son los mensajes no solicitados, habitualmente de tipo publicitario, enviados en cantidades masivas que perjudican de una u otra manera al receptor. Aunque se puede hacer por distintas vías, la más utilizada entre el público en general es la basada en el correo electrónico.
En Wikipedia nos relata el curioso origen de esta palabra. La empresa estadounidense Hormel foods lanzó en 1937 una carne en lata originalmente llamada Hormel's Spiced Ham, tuvo mucho éxito y se convirtió en una marca genérica. El éxito hizo que el fabricante recortarse el nombre y quedase como SPAM. Al leerlo me recuerda que algo parecido pasó en nuestro país con la marca Wamba, convirtiéndose también en una palabra genérica y actualmente aún muy utilizada. Pero, volviendo al principio, ¿Cómo pasó el origen de la palabra americana a referirse al correo basura?
En un principio casi todas las cosas tienen una explicación por asombrosa que sea. La explicación de la transformación de la palabra SPAM pasa por los geniales Monty Python en el programa de humor Flying Circus de los años 70. Cada vez que veo el "sketch" no puedo evitar la carcajada. En estas fiestas de comer bien y rico evitemos el spam alimenticio y de paso el telemático. Feliz cena de noche buena, sin spam, para bien de nuestra salud y la de nuestros ordenadores.
En Wikipedia nos relata el curioso origen de esta palabra. La empresa estadounidense Hormel foods lanzó en 1937 una carne en lata originalmente llamada Hormel's Spiced Ham, tuvo mucho éxito y se convirtió en una marca genérica. El éxito hizo que el fabricante recortarse el nombre y quedase como SPAM. Al leerlo me recuerda que algo parecido pasó en nuestro país con la marca Wamba, convirtiéndose también en una palabra genérica y actualmente aún muy utilizada. Pero, volviendo al principio, ¿Cómo pasó el origen de la palabra americana a referirse al correo basura?
En un principio casi todas las cosas tienen una explicación por asombrosa que sea. La explicación de la transformación de la palabra SPAM pasa por los geniales Monty Python en el programa de humor Flying Circus de los años 70. Cada vez que veo el "sketch" no puedo evitar la carcajada. En estas fiestas de comer bien y rico evitemos el spam alimenticio y de paso el telemático. Feliz cena de noche buena, sin spam, para bien de nuestra salud y la de nuestros ordenadores.
Publicado por maumaunoexiste en 24.12.07 5 comentarios
Etiquetas: Curiosidades, Gastronomía, Tecnología
sábado, 22 de diciembre de 2007
EL JOVEN GENIO DE ORSON WELLES
Para hacernos una idea sobre los inicios de este gran director de cine recurro a la estimable ayuda de un gran escritor que nos explica unas anécdotas muy interesantes y divertidas sobre su niñez. Sobre la figura del joven Orson Welles escribió el escritor Javier Marías en otoño de 1999 en una revista cinematográfica lo siguiente:
Pero aún hay más, existe un cortometraje que representa los primeros bosquejos que más tarde serían las semillas que darían como fruto varias obras inmortales del séptimo arte. A los diecinueve años el joven genio de Welles cogió por vez primera una cámara cinematográfica y filmó "Hearts of Age" (Corazones del tiempo) de poco más de ocho minutos de duración. Fue durante una tarde estival de un domingo perdido del año 1934 y tan sólo tardó dos horas en rodarlo. Los actores eran su reciente esposa Virginia Nicholson, un amigo, y él mismo. A esa temprana edad ya era un director y actor teatral reconocido y había triunfado en Dublín con la compañía de Katherine Cornell. El cortometraje empieza con unos muy sencillos títulos de crédito escritos sobre un papel. En un principio parece un simple divertimento como él mismo la calificaría más tarde, pero si nos fijamos bien observaremos que tiene escenas nada despreciables. Sus imágenes rezuman el espíritu del cine alemán de los años veinte ("Nosferatu", "El gabinete del doctor Caligari"...). También se puede buscar una influencia buñeliana con el cadáver de la mujer en el interior del piano al estilo "Un chien andalou". La primera escena de esta miniatura fílmica tan peculiar se abre con una imagen de una bola de cristal muy parecida al artefacto con nieve artificial del inicio "Ciudadano Kane". En este experimento fílmico aparecen ya dos temas recurrentes en toda su obra posterior, la muerte y el dinero. Una vez más tengo que agradecer a esta red (da miedo pensar en su poder) de Internet el poder brindarnos a los aficionados aspectos del arte y de la vida misma, que antes ni siquiera podíamos soñar.
A continuación tengo el enorme placer, si no la han visto, de presentarles el primer trabajo detrás de las cámaras de ese monstruo del celuloide. Por cierto quiten el sonido, originalmente era totalmente muda y a disfrutar.
"A partir de los diez años ingresó en el Todd School, un colegio especializado en muchachos superdotados. Ha pasado a la historia como el más superdotado de todos los alumnos allí albergados por espacio de unos cien años. Allí sí que estuvo a gusto y se llevó excelentemente con algunos de sus profesores, lo cual, no le impidió, sin embargo, discutir a menudo con ellos y sus teorías o gastarles bromas pesadas. Ya disponía de maquillaje de actor por entonces, y en una ocasión lo empleó para empalidecerse y fingir que se había ahorcado con un largo pañuelo. Su interpretación fue tan convincente que el profesor de historia sufrió un amago de infarto. Cuando se pregunto a Welles porqué había gastado semejante broma, contestó muy ufano: "Me pareció buena idea. Estaba ya aburrido de historia, en cualquier caso". Su relación fue no obstante magnífica con la gente de Todd, sobre todo si se la compara con el trato dispensado por Welles a los psicólogos de la Washington School de Madison, que tuvieron el privilegio de "observarlo" durante una temporada. Según relata su temprano biógrafo Peter Noble, el pequeño Orson se dedicó a tomarles el pelo, juzgándolos imbéciles y pomposos en sus jueguecitos y análisis. Cuando le decían: "Dinos lo primero que se te pase por la cabeza al oír la palabra oso de peluche", contestaba al instante: "El epigrama de Oscar Wilde según el cual un cínico conoce el precio de todo y el valor de nada". Los psicólogos, con un tal Mueller a la cabeza, no se rendían: "¿En que piensas al oír la palabra madre?"y Welles respondía sin pestañear: "El genio consiste en una inmensa capacidad para el esfuerzo", o cosa por el estilo. La escuela determinó, tras meses de pruebas, que el pequeño Mr. Welles, de diez años a la sazón, era un ser humano altamente interesante y desusado porque su personalidad era resultado de una profunda disociación de ideas."
Pero aún hay más, existe un cortometraje que representa los primeros bosquejos que más tarde serían las semillas que darían como fruto varias obras inmortales del séptimo arte. A los diecinueve años el joven genio de Welles cogió por vez primera una cámara cinematográfica y filmó "Hearts of Age" (Corazones del tiempo) de poco más de ocho minutos de duración. Fue durante una tarde estival de un domingo perdido del año 1934 y tan sólo tardó dos horas en rodarlo. Los actores eran su reciente esposa Virginia Nicholson, un amigo, y él mismo. A esa temprana edad ya era un director y actor teatral reconocido y había triunfado en Dublín con la compañía de Katherine Cornell. El cortometraje empieza con unos muy sencillos títulos de crédito escritos sobre un papel. En un principio parece un simple divertimento como él mismo la calificaría más tarde, pero si nos fijamos bien observaremos que tiene escenas nada despreciables. Sus imágenes rezuman el espíritu del cine alemán de los años veinte ("Nosferatu", "El gabinete del doctor Caligari"...). También se puede buscar una influencia buñeliana con el cadáver de la mujer en el interior del piano al estilo "Un chien andalou". La primera escena de esta miniatura fílmica tan peculiar se abre con una imagen de una bola de cristal muy parecida al artefacto con nieve artificial del inicio "Ciudadano Kane". En este experimento fílmico aparecen ya dos temas recurrentes en toda su obra posterior, la muerte y el dinero. Una vez más tengo que agradecer a esta red (da miedo pensar en su poder) de Internet el poder brindarnos a los aficionados aspectos del arte y de la vida misma, que antes ni siquiera podíamos soñar.
A continuación tengo el enorme placer, si no la han visto, de presentarles el primer trabajo detrás de las cámaras de ese monstruo del celuloide. Por cierto quiten el sonido, originalmente era totalmente muda y a disfrutar.
Publicado por maumaunoexiste en 22.12.07 5 comentarios
Etiquetas: Cine
domingo, 16 de diciembre de 2007
LA LOCURA
El tema de la locura siempre me ha fascinado. La máquina neuronal y misteriosa que nadie sabe aún con certeza como funciona y que hace correr ríos de tinta con teorías alucinantes de todo tipo, sigue siendo un gran enigma. El otro día releyendo un libro de aforismos del gran Cioran me despertaron una honda inquietud los siguientes párrafos sobre la locura:
"En la primavera de 1937, paseando por el parque del hospital psiquiátrico de Sibiu, en Transilvania, fui abordado por un "huésped". Intercambiamos algunas palabras y luego le dije: "Se está bien aquí." --"Es cierto. Merece la pena estar loco", me respondió. "Pero está usted a pesar de todo, en una especie de prisión." -- "Si usted quiere, pero aquí se vive sin la menor preocupación. Además, la guerra se acerca, usted lo sabe tan bien como yo, y este lugar es seguro. No se nos moviliza y no se bombardea un manicomio. Si yo fuera usted, me haría internar inmediatamente." Turbado y maravillado, le dejé e intenté informarme sobre él. Se me aseguró que estaba realmente loco. Loco o no, nunca nadie me ha dado un consejo más razonable."
"Si algo estorba la continuidad de la reflexión es sentir la presencia insistente del cerebro. Esa debe ser la razón por la cual los locos sólo piensan por destellos."
Acto seguido me vino como un destello a la mente, no sé si de locura, la vida del pintor Richard Dadd. El pintor victoriano estaba obsesionado con las hadas y las pintó durante toda su vida en su celda acolchada del manicomio de Bedlam. Dadd era un joven pintor donde mezclaba elementos de fantasía con otros de oníricos. Su vida dio un vuelco cuando en 1842 emprende con un amigo un viaje por Oriente. A la vuelta ya no sería el mismo hombre. En su estancia en El Cairo se sentó a fumar la pipa de agua con unos parroquianos del lugar. Se pasó varios días con las noches incluidas fumando sin parar. Su fijación era el gorgoteo que según él era un lenguaje del más allá e intentaba descifrarlo, al final lo consiguió. Según sus declaraciones posteriores era el mensaje del dios Osiris que según un mito murió desmembrado y le había hecho un encargo a través del lenguaje de la pipa. Ahora tenía una misión que cumplir. El compañero de viaje detectó cambios en su conducta y volvieron rápido a Inglaterra. Más tarde los médicos diagnosticaron que había sufrido un fuerte golpe de calor y lo enviaron a pasar unos días de reposo con su padre viudo al campo. En una tarde aciaga ambos salen a dar un paseo por el bosque cercano, en una parte solitaria del bosque destroza la cabeza al padre con un machete y luego lo desmiembra. Días más tarde es capturado y entre sus cosas se encontró una lista de posibles víctimas, la primera de su lista era su padre. Fue encerrado por vida a la edad de 27 años en el manicomio de Bedlam actualmente el más antiguo de Europa. Allí pintaría el grueso de su obra y entre todas está su obra maestra el lienzo "The fairy feller´s master-stroke" (El golpe maestro del leñador duende) actualmente expuesto en el Tate Gallery de Londres. El carismático Freddie Mercury compuso una canción con Queen sobre el cuadro y con el mismo título. Durante casi diez años Richard Dadd estuvo sin descanso trabajando en ese cuadro oscuro producto de un destello de locura y que está lleno de pequeños detalles fantasiosos. En el centro del oscuro cuadro se ve a un hombre de espaldas con una hacha levantada a punto de dar el golpe maestro, pero parece que falta alguien, falta la víctima. Seguramente su mente enferma no quería acordarse de ella.
Publicado por maumaunoexiste en 16.12.07 7 comentarios
Etiquetas: Literatura, Pintura
jueves, 6 de diciembre de 2007
URGENCIAS
En urgencias de un hospital se cruzan miradas y se ven rostros que coinciden por unas horas y que luego, en la mayoría de las veces, nunca más se vuelven a ver. Son esas vidas cruzadas por el azar accidental. El infortunio y la desgracia hacen un nudo que a veces por suerte puede deshacerse o por desgracia terminar en un nudo gordiano. La sala de espera actúa como escenario donde todos desean acabar lo antes posible y también como un pequeño observatorio improvisado de las dolencias ajenas, quizás para tranquilizar la nuestra. Los conductores de las ambulancias con sus copilotos cruzan palabras de camaradería con los individuos del mostrador de urgencias. Dentro hay camillas y sillas de ruedas en fila a lo largo de un pasillo con enfermos esperando a ser atendidos con la mayor celeridad. Al fondo, una camilla con una anciana tapada con una sábana hasta la nariz. Sus ojos de rata asustada están protegidos por los cristales de sus gafas que reflejan la fría luz de los fluorescentes del pasillo. Sus inquietos ojos no pierden detalle de todo lo que pasa a su alrededor. Está sola en la vida, nadie la acompaña en la enfermedad de una soledad no deseada. Una enfermera joven la ayuda con una silla de ruedas a trasladarla al baño. Las respuestas de la joven enfermera van cayendo como piedras pesadas a lo largo del pasillo. Son palabras de simpatía artificial con unas respuestas desgastadas por el múltiple uso con otros enfermos seguramente ancianos y sordos.
Miró al hombre del libro indirectamente siguiendo la conversación a su hijo adolescente e inmaduro, que con un esguince en el pie juega como un niño, tal como es en la realidad, con la silla de ruedas como si fuese un juguete teledirigido por su mente inconsciente. La mujer oteadora aún conserva el rostro y el tipo de aquel tiempo no tan lejano que joven y simpática atraía a jóvenes y no tan jóvenes, como osos a la miel, para embriagarlos dulcemente con su presencia viva y coqueta. Sus párpados levemente caídos conservan una mirada felina, el pelo rubio y suavemente rizado le favorece agradablemente. Su mirada vuelve a inquirir levemente al hombre del libro que levanta la vista. La mirada de la mujer le turba y vuelve a sumergirse en la lectura, la falta de aire le hace volver a levantar la vista. Entonces ella ríe levemente marcando dos pequeños hoyuelos en sus mejillas y aparta la mirada con un gesto de cierta superioridad animal.
La última mirada a la salida del hospital fue ambigua y rápida. El hombre del libro sabía con una seguridad científica que sus rostros y miradas difícilmente volverían a cruzarse. Y su cara día a día se iría evaporando como ocurre a los que pierden la visión. "Lo más terrible era comprobar como iba perdiendo el recuerdo de los rostros de mis seres más queridos" le martilleaba constantemente en la mente la frase del ciego. Para tranquilizarse, igual algún día por otro juego del azar en una calle nos encontramos como buques a la deriva surcando el mar de asfalto, uno cerca del otro sin desviarnos y cada uno con rumbo hacia un puerto distante y desconocido, pensó. Pero siempre le quedará la incertidumbre de hacer sonar la sirena a su paso, pensó con tristeza.
Miró al hombre del libro indirectamente siguiendo la conversación a su hijo adolescente e inmaduro, que con un esguince en el pie juega como un niño, tal como es en la realidad, con la silla de ruedas como si fuese un juguete teledirigido por su mente inconsciente. La mujer oteadora aún conserva el rostro y el tipo de aquel tiempo no tan lejano que joven y simpática atraía a jóvenes y no tan jóvenes, como osos a la miel, para embriagarlos dulcemente con su presencia viva y coqueta. Sus párpados levemente caídos conservan una mirada felina, el pelo rubio y suavemente rizado le favorece agradablemente. Su mirada vuelve a inquirir levemente al hombre del libro que levanta la vista. La mirada de la mujer le turba y vuelve a sumergirse en la lectura, la falta de aire le hace volver a levantar la vista. Entonces ella ríe levemente marcando dos pequeños hoyuelos en sus mejillas y aparta la mirada con un gesto de cierta superioridad animal.
La última mirada a la salida del hospital fue ambigua y rápida. El hombre del libro sabía con una seguridad científica que sus rostros y miradas difícilmente volverían a cruzarse. Y su cara día a día se iría evaporando como ocurre a los que pierden la visión. "Lo más terrible era comprobar como iba perdiendo el recuerdo de los rostros de mis seres más queridos" le martilleaba constantemente en la mente la frase del ciego. Para tranquilizarse, igual algún día por otro juego del azar en una calle nos encontramos como buques a la deriva surcando el mar de asfalto, uno cerca del otro sin desviarnos y cada uno con rumbo hacia un puerto distante y desconocido, pensó. Pero siempre le quedará la incertidumbre de hacer sonar la sirena a su paso, pensó con tristeza.
Publicado por maumaunoexiste en 6.12.07 5 comentarios
Etiquetas: Experiencias
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