lunes, 18 de febrero de 2008

COJERA

Caminar con sultura de un lugar a otro es trivial y se hace sin apenas pensar. Este proceso tan cotidiano y necesario se ha convertido en mi caso en algo especial y pausado, casi en un ejercicio de concentración. Mi segunda cojera en menos de un año me ha dado que pensar. El parar y luego continuar me provoca una reflexión y me hace apreciar las cosas de otro modo. De una forma diferente y curiosa. Noto puntos de vista diferentes y es como si la velocidad influyese en el pensamiento. Ver paisajes diferentes y en cambio paseados mil veces.
Siempre me he fijado en el andar de la gente. Provocado igual por mi manía en la puntualidad y el de observar a lo lejos como se acercan. El andar tan característico en algunos casos delataban a las personas mucho antes de su llegada.
En cambio, el andar de la mujer, su movimiento y contoneo puede llegar a extremos totalmente arrebatadores. Me fijo habitualmente en el movimiento de las mujeres al pasear y lo considero una parte importante en la seducción femenina. Por eso la cojera en la mujer siempre me ha provocado desasosiego. Curiosamente, broma del destino, en los diferentes pisos que he habitado, el actual también, ha vivido una coja y siempre en pisos superiores al mío. En mi anterior cojera, la actual es más leve, estuve tumbado en cama durante casi un mes. El mero hecho de estar todo el día tumbado me convertía en un radar que captaba todos los sonidos que llegaban a mis atentas antenas auditivas. Captaba todos los ruidos de mi alrededor. El peor era el de mi vecina tullida con el martilleo de su pierna, dos pisos encima del mío, llegaban con una fuerza abrumadora, su renqueo me provocaba cierto estremecimiento. En el aburrimiento típico del convaleciente cavilava acerca de un lenguaje secreto, parecido al morse, mediante el cual la pierna de la coja se comunicaba con la mía aún medio enferma. Un monólogo que me negaba a descifrar.
Para alegrarme y pasar el angustioso rato leía:

"Dícese en Italia como proverbio común que no conoce la perfecta dulzura de Venus aquel que no se ha acostado con una coja (...) Habría pensado que el movimiento descompuesto de una coja podría aportar algún nuevo placer al ayuntamiento y cierta punta de dulzura a aquellos que lo prueban, mas acabo de enterarme de que incluso la filosofía antigua opinó sobre ello; dice que al no recibir las piernas ni los muslos de las cojas, a causa de su imperfección, el alimento que les es debido, ocurre que las partes genitales, que están encima, están más llenas, más nutridas y vigorosas, o bien que, al impedir este defecto el ejercicio, aquellos que se ven afectados por él disipan menos sus fuerzas y llegan más enteros a los juegos de Venus (...) Pues con solo la autoridad del uso antiguo y público de este dicho, hice creer antaño que había obtenido más placer de una mujer por no estar derecha, y añadí esto al número de sus gracias."

Michel de Montaigne
Ensayos, III, 11 (1595)

sábado, 16 de febrero de 2008

LAS MUJERES QUE NO CONOCEMOS



El nuevo proyecto creativo de Guerín desprende un hálito en cierto modo deudor de films tan magníficos y sugerentes como "La jetée" o el inicio de "La pasajera" de Munk. La técnica de dar a las fotografías movimiento nos marca la frontera entre la fotografía y el cine. El cine no es más que la proyección de 24 fotografías (fotogramas) en un segundo, un movimiento de luz proyectada sobre una pantalla blanca (todas las historias, todas las imágenes son aún posibles). El cine como la música de la luz como definió un poeta.
En esta instalación situada en el CCCB destaca la belleza de las mujeres, algunas de las cuales, están sacadas de su espléndido film "En la ciudad de Sylvia". Imágenes o mejor dicho retratos de bellas mujeres que por desgracia nunca conoceremos. El dominio de la imagen y de la forma como emanan sensaciones a partir de acotaciones de texto y de lentos movimientos alcanzan cotas muy altas con la particular mirada de Guerín. Fotos de mujeres de espaldas, escenas cotidianas al estilo de pintores exepcionales como Vermeer o Hammershoi.
Son como testimonios de una revelación, huellas de una luz que pasó algún momento por delante de una cámara/ojo quedando emulsionadas perennemente en un soporte, ya sea en una tela o en una película fotosensible.

El aura alrededor de un nombre de mujer gravita sobre la ciudad.

El modo de obsevar el paso de la vida a través de imágenes de mujeres resume de forma sencilla el pulso de la ciudad y de sus habitantes.

"La vida quizá es una larga calle por la que pasa cada día una mujer... quizá es ese cigarrillo que se enciende en la pausa entre dos abrazos o esa mirada absorta del transeúnte que se quita el sombrero y saluda:¡"buenos días"! con una sonrisa insignificante". FOROUGH FARROKHZAD

sábado, 9 de febrero de 2008

EL BOSQUE DEL LUTO


Se agradece que a veces llegen con cuentagotas a la gran pantalla buenas y minoritarias películas que frecuentemente hay que recurrir al DVD o a Internet para poderlas degustar visualmente. Un claro ejemplo es la del director ruso Sokurov del cual vergonzosamente sólo han estrenado en nuestro país una película, "El arca rusa" y en cambio su obra maestra "Madre e hijo" hubo que recurrir a la tabla de salvación del DVD para emocionarse y disfrutar de su belleza visual, creo que es una de las películas más bellas que he visto. ¡Qué gozada más inmensa hubiese sido verla en pantalla grande!
Todo esto acude a mi memoria a raíz de la película que he visto recientemente. Antes de Navidad por arte de magia (regalo de los reyes) se estrenó "El bosque del luto" de la directora japonesa Naomi Kawase y se escapó como una escurridiza anguila entre mis manos. Por suerte la he podido rescatar por una red causal de factores familiares y laborales en un remodelado cine de reestreno.
Me acuerdo del año pasado, cuando haciendo cola en la Filmoteca para ver la genial "Les amants réguliers" de Phillip Garrel, como los espectadores iban saliendo de la sesión anterior. Las caras eran todo un poema, resoplidos, cabreo e incluso uno salió con las gafas de sol puestas, vaya siesta se pegó el "cinéfilo". Inmediatamente me llamó la curiosidad saber de la película y del director. Era una joven directora de nombre Naomi Kawase. Conclusión, no fiarse y seguir el instinto, a mí me ha funcionado muy a menudo. Creo que tengo cierta facilidad para descubrir si una película me va a gustar o no antes de verla. Volviendo al tema de esta entrada que no es otro que recomendar y escribir sobre esta hermosa película japonesa. La directora proviene del documental y trabaja con actores no profesionales, con un estilo sobrio y profundo. La película explica como una joven enfermera de un bonito asilo y un anciano con algo de demencia senil comparten la pérdida de un ser querido, el hijo y la esposa respectivamente. El camino que recorreran ambos por el dolor de la ausencia está marcada por sutiles y elegantes metáforas. La soledad y la muerte cercana, el paso inexorable de tiempo, quedan espresadas visualmente por el paso desbordado de un río y por las marcadas palabras del anciano, "El agua nunca regresa a la fuente."
La memoria que con la edad se va perdiendo sería como un río subterráneo que iría del mar a una fuente cada vez más seca.
En resumen, un trabajo con gran pureza en su narración y con un enorme lirismo. Hay una escena donde las palabras del maestro del aforismo E.M Cioran le van como anillo al dedo: "El único sentido de la tierra es absorber las lágrimas de los muertos."

domingo, 3 de febrero de 2008

TENGO MIEDO DE MÍ


No tengo miedo de un peligro. Si entrase un hombre, lo mataría sin que me temblara ni un músculo. No tengo miedo de los fantasmas; no creo en lo sobrenatural. No tengo miedo de los muertos; creo en la aniquilación definitiva de todo ser que desaparece. ¿Entonces?...sí, ¿entonces?... ¡Pues bien! ¡Tengo miedo de mí mismo! Tengo miedo del miedo; miedo de la angustia de la mente que se extravía, miedo de esa horrible sensación que es el terror incomprensible (...)
Tengo miedo de los muros, de los muebles, de los objetos familiares que se animan, para mí, de una especie de vida animal. Tengo miedo sobre todo de la horrible turbación de mi pensamiento, de la razón que se me escapa en un caos, extraviada por una misteriosa angustia invisible.

¿Él?(1883)
Guy de Maupassant

martes, 29 de enero de 2008

DESPERTAR AL HOMBRE



DECÍA Donne que nadie duerme en la carreta que lo conduce de la cárcel al patíbulo, y que sin embargo todos dormimos desde la matriz hasta la sepultura, o no estamos enteramente despiertos.

Una de las misiones de la gran literatura: despertar al hombre que viaja hacia el patíbulo.

Ernesto Sabato

domingo, 27 de enero de 2008

UNA MERIENDA DE LOCOS

Brilla, luce, pequeña estrella,
siempre me pregunto dónde estarás,
allá tan alta, por encima de la tierra,
como un diamante en el firmamento.

El sombrerero cambia la popular canción infantil por:

Brilla, luce, ratita alada,
¿en qué estarás tan atareada?
Por encima del Universo vuelas
como una bandeja de teteras.
Brilla, luce...


De todos los magníficos personajes que salen en el inmortal libro de Lewis Carroll uno de mi preferidos es el sombrerero, que luego lo bautizaron como el sombrerero loco.
La canción popular que encabeza esta entrada recuerda la del disco "Wish you were here", de uno de mis grupos favoritos, Pink Floyd. La canción es "Shine On You Crazy Diamond" y está dedicada al fundador y ex-miembro del grupo, Syd Barrett. Otro loco víctima del exceso de drogas.

Que Lewis Carroll al personaje del sombrerero le diese un aire lunático no es causal. En la época del escritor era muy conocido que muchos artesanos fabricantes de sombreros sufrían lo que hoy llamaríamos problemas neurológicos, en esa época eran simplemente dementes o locos. Antiguamente los sombrereros utilizaban el mercurio para tratar los materiales del sombrero como el fieltro. Los pobres fabricantes de sombreros fueron víctimas de una intoxicación crónica por mercurio. Este nocivo metal se acumula básicamente en el cerebro y entre sus efectos está el deterioro de las transmisiones sinápticas (modo en el cual el sistema nervioso manda sus señales). Al final era sabido que todos acabarían mal de la cabeza.
En el caso de Syd Barrett su locura se debió a otro exceso el de las drogas, en concreto, la del ácido. En 1974 cuando Pink Floyd estaban grabando el disco apareció por el estudio de grabación Syd Barrett, nadie le reconoció a simple vista. Con el pelo afeitado a cero, sin cejas y con exceso de peso. La conmoción de ver a su amigo fue tremenda. Comprobaron que ya no era el mismo, la droga había provocado daños irreparables en su cerebro y sólo decía cosas sin mucho sentido. Les recordaba (imagino yo) al sombrerero loco de "Alicia en le País de la Maravillas". A raíz de esa visita nació "Shine On You Crazy Diamond".
En el libro de Carroll el sombrerero lanza una adivinanza:

- ¿En qué se parece un cuervo a una mesa de escribir?

En la merienda nadie sabe la respuesta. Cuando a Lewis Carroll le preguntaron por la solución dijo que no tenía solución alguna. Para los cuerdos seguro que no, pero me gustaría saber que hubiera respondido Syd Barrett. Seguro que él sabía la respuesta.

jueves, 17 de enero de 2008

VISITA A LA FUNDACIÓN MIRÓ


Subo la montaña de Montjuïc, a mis pies veo la ciudad de Barcelona. El viento frío de la mañana que aún sacude la ciudad le limpia la cara, lo que permite observar los caóticos edificios de forma más clara. Tañen las campanas de una iglesia cercana que a modo de latidos nos indican el paso inexorable del tiempo y el transcurrir de la vida. ¡Hace ya tiempo, que en esa misma iglesia me derramaron el agua bautismal!.
El edificio de Sert está situado a media ladera de la montaña y alberga la sede de la fundación Miró. La gente peregrina a este templo de la nueva religión bautizada con el nombre de arte. La construcción del arquitecto barcelonés actúa en los días soleados como un catalizador de luz, no sé muy bien a que es debido, supongo que el blanco de sus paredes y la forma arqueada del techo con esos ventanales semiocultos que le ayudan bastante a atrapar los rayos solares.
Esta temporada en la fundación se expone una colección de cuadros de diversos artistas del siglo XX con el título "Un cuerpo sin límites" donde el cuerpo es el principal protagonista. La exposición es muy variopinta y el elenco de pintores es de primera categoría. Motivos más que suficientes para emprender la escalada a la montaña.
Siempre he observado a mujeres o chicas solas y concentradas en las obras expuestas en los museos y exposiciones, lo que me recuerda siempre a las bellas protagonistas de las películas Rohmerianas. El arte estático atrae al arte en movimiento.
Mi trayecto dentro de la exposición empieza y acaba en el mismo punto. No todos los cuadros me gustan por igual (como es lógico) y la variedad de impresiones es amplia. El cuadro "El pianotauro" de André Masson que encabeza esta entrada me gusta por la carga erótica y simbólica. Del gran Egon Schiele está "Desnudo sentado" simplemente genial, las chicas y no tan chicas con esas caras amarillentas y de aspecto medio enfermizo. Lucian Freud con "Retrato sobre una colcha blanca" magnetiza por su potente luminosidad que parece proyectarse fuera del lienzo. También me impresiona Eric Fischl con un cuadro que parece casi una fotografía por su realismo. La cabeza de la chica desnuda en la cama parece sacudida por espamos. Luego aparece Balthus con "El momento de levantarse" donde la joven Michelina que que a menudo fue su modelo (era hija del portero de la villa Médicis) está encima de la cama y entre sus manos juega y observa un extraño artilugio mecánico ante la atenta mirada del gato. Balthus logra crear una atmósfera de misterio e inquietud durante ese momento de levantarse, tan a menudo tratado por el pintor francés. El único pintor que en vida tenía obras expuestas en el Louvre. Para descansar me siento en esos incómodos bancos situados estratégicamente por las diferentes salas. Delante mio me saluda un cuadro de Georg Baselitz "Elke" que contemplo atentamente mientras mis pies agradecen el reposo. Mi mirada de aficionado detecta que el lienzo que tengo enfrente está al revés. En mi mente empieza una tormenta de preguntas; ¿Puede ser que se hayan equivocado al colocarlo? ¿Se lo comento al niñato (estudiantil en prácticas) que se pasea con las manos en la espalda?. Al final oigo a un hombre que repite a su pareja lo que oye por el teléfono guía. "Cariño, este pintor pinta siempre al revés". Voy a la cafetería de la fundación un poco trastornado y tomo el café intentando mentalmente dar la vuelta al cuadro. Seguro que algún multimillonario tiene un cuadro del artista en su mansión colocado al revés, es decir, al contrario de la idea del artista (surgida en 1969).
Salgo ya de noche y desciendo la montaña hacia las luces de la ciudad.

martes, 15 de enero de 2008

ELOGIO AL CROISSANT


Antes de todo, las cosas claras y el chocolate espeso. El croissant es de mantequilla o no es. Uno de los mejores inventos de la repostería ha sido sin duda el delicioso croissant. La variedad de los croissants es inmensa, pero el auténtico croissant es el francés. Crujiente por fuera y tierno por dentro, que combina tan bien con el café como el zumo de naranja, un placer que atonta el paladar de buena mañana y deja un agradable gusto para empezar el día con buen pie. El mejor croissant dicen los gourmets lo hacen en París (como era de esperar) en concreto un ex-discípulo de Gaston Lenôtre, el señor Pierre Hermé, que regenta una pastelería en París con su mismo nombre. Otro motivo más para visitar la capital francesa. Parafraseando al escritor Vila-Matas en el título de un libro suyo "París no se acaba nunca". Sin duda, cuando vaya tomaré como tradición (al estilo palmera de coco bilbaína) un delicioso croissant en alguno de los lugares de esta lista francesa. En el artículo francés está la panadería Paul que tiene sede a modo de franquicia en varias zonas de Barcelona, y que por cierto, los hacen muy ricos.
Pero la historia del croissant es muy curiosa, para empezar es una creación de los reposteros vieneses y los franceses más listos que el hambre rápidamente se la hicieron suya. La historia se remonta a 1689 en el centro de Europa en concreto en Viena, cuando tras la victoria contra los turcos los pasteleros vieneses lo idearon en forma de luna creciente para de esta forma burlarse y comerse metafóricamente a los otomanos. Los franceses convirtieron la luna creciente en "une lune croissante". La deliciosa palabra croissant también tiene un parecido fonético con "croix sainte", es decir, cruz santa. La victoria de los cristianos frente a los mulsumanes dio origen a un delicioso bollo de hojaldre. Como suele ocurrir en todas las guerras siempre sale algo bueno, en este caso, está claro.

sábado, 12 de enero de 2008

TIM BOWNESS

"There´s no-one left to tell you about the lives you could have led"

viernes, 11 de enero de 2008

ANUNCIOS CON ARTE

Hace tiempo, no mucho, vi una colección de anuncios, me parece que sólo se pudieron ver en Cannes y por Internet, de una serie promocional sobre nuevos modelos de automóviles BMW. La verdad, me quedé de piedra al observar la calidad de estos anuncios que por si solos son cortometrajes de una calidad abrumadora. Ahora en You Tube están subtitulados. El primero de González Iñárritu me puso literalmente la piel de gallina. Cuando sea rico un BMW me compraré y el SEAT venderé.






Continuará.....

viernes, 28 de diciembre de 2007

LOS PASEANTES SOLITARIOS

Ayer fui presa de un ataque o impulso literario. Rápido y veloz abandoné el hogar. Con la bicicleta llegué a la librería antes de lo que calculé. Paseando con las dos ruedas todo se ve un poco diferente, quizá con más libertad. La Central estaba más llena de lo que pensé. La gente que miré parecían que no les correspondía el lugar, forasteros del país de las letras, pensé. Observé que los dos libros que deseé, estaban allí. Con incredulidad en mi suerte cogí los últimos ejemplares que quedaban, que suerte la mía, pensé. Camino a la caja sorteé a más forasteros cuando vi como hoja caída de árbol invernal, una miniatura encima de unos libros que no le correspondían, no me lo puedo creer, también era el último ejemplar, aluciné. El libro me pedía a gritos ser rescatado para ser liberado de manoseos indiferentes. El libro de W.G Sebald versa sobre Robert Walser. Un delicioso ensayo de dos paseantes ilustrados. De vuelta veloz y rápido tomé la medicina para paliar el ataque literario.
El libro de Sebald me curó creando un poso luminoso y reparador, en mi interior. En la cama cavilé que había sido víctima de una extraña llamada, la de los libros, me convencí al pensar que eran los últimos ejemplares que quedaban (de los tres libros, increíble) y me daban telepáticamente su último aviso. Los libros tienen vida, al leerlos resucitan con sus palabras resonando en nuestro interior, reflexioné. Me dormí pensando cuando sería la próxima "llamada". Espero que el próximo arrebatamiento literario no sea tan intenso y si lo es, la medicina sea al menos tan reparadora como la del Doctor Sebald.

lunes, 24 de diciembre de 2007

SPAM


La definición de este término americano es: correo basura o sms basura son los mensajes no solicitados, habitualmente de tipo publicitario, enviados en cantidades masivas que perjudican de una u otra manera al receptor. Aunque se puede hacer por distintas vías, la más utilizada entre el público en general es la basada en el correo electrónico.

En Wikipedia nos relata el curioso origen de esta palabra. La empresa estadounidense Hormel foods lanzó en 1937 una carne en lata originalmente llamada Hormel's Spiced Ham, tuvo mucho éxito y se convirtió en una marca genérica. El éxito hizo que el fabricante recortarse el nombre y quedase como SPAM. Al leerlo me recuerda que algo parecido pasó en nuestro país con la marca Wamba, convirtiéndose también en una palabra genérica y actualmente aún muy utilizada. Pero, volviendo al principio, ¿Cómo pasó el origen de la palabra americana a referirse al correo basura?

En un principio casi todas las cosas tienen una explicación por asombrosa que sea. La explicación de la transformación de la palabra SPAM pasa por los geniales Monty Python en el programa de humor Flying Circus de los años 70. Cada vez que veo el "sketch" no puedo evitar la carcajada. En estas fiestas de comer bien y rico evitemos el spam alimenticio y de paso el telemático. Feliz cena de noche buena, sin spam, para bien de nuestra salud y la de nuestros ordenadores.

sábado, 22 de diciembre de 2007

EL JOVEN GENIO DE ORSON WELLES


Para hacernos una idea sobre los inicios de este gran director de cine recurro a la estimable ayuda de un gran escritor que nos explica unas anécdotas muy interesantes y divertidas sobre su niñez. Sobre la figura del joven Orson Welles escribió el escritor Javier Marías en otoño de 1999 en una revista cinematográfica lo siguiente:

"A partir de los diez años ingresó en el Todd School, un colegio especializado en muchachos superdotados. Ha pasado a la historia como el más superdotado de todos los alumnos allí albergados por espacio de unos cien años. Allí sí que estuvo a gusto y se llevó excelentemente con algunos de sus profesores, lo cual, no le impidió, sin embargo, discutir a menudo con ellos y sus teorías o gastarles bromas pesadas. Ya disponía de maquillaje de actor por entonces, y en una ocasión lo empleó para empalidecerse y fingir que se había ahorcado con un largo pañuelo. Su interpretación fue tan convincente que el profesor de historia sufrió un amago de infarto. Cuando se pregunto a Welles porqué había gastado semejante broma, contestó muy ufano: "Me pareció buena idea. Estaba ya aburrido de historia, en cualquier caso". Su relación fue no obstante magnífica con la gente de Todd, sobre todo si se la compara con el trato dispensado por Welles a los psicólogos de la Washington School de Madison, que tuvieron el privilegio de "observarlo" durante una temporada. Según relata su temprano biógrafo Peter Noble, el pequeño Orson se dedicó a tomarles el pelo, juzgándolos imbéciles y pomposos en sus jueguecitos y análisis. Cuando le decían: "Dinos lo primero que se te pase por la cabeza al oír la palabra oso de peluche", contestaba al instante: "El epigrama de Oscar Wilde según el cual un cínico conoce el precio de todo y el valor de nada". Los psicólogos, con un tal Mueller a la cabeza, no se rendían: "¿En que piensas al oír la palabra madre?"y Welles respondía sin pestañear: "El genio consiste en una inmensa capacidad para el esfuerzo", o cosa por el estilo. La escuela determinó, tras meses de pruebas, que el pequeño Mr. Welles, de diez años a la sazón, era un ser humano altamente interesante y desusado porque su personalidad era resultado de una profunda disociación de ideas."

Pero aún hay más, existe un cortometraje que representa los primeros bosquejos que más tarde serían las semillas que darían como fruto varias obras inmortales del séptimo arte. A los diecinueve años el joven genio de Welles cogió por vez primera una cámara cinematográfica y filmó "Hearts of Age" (Corazones del tiempo) de poco más de ocho minutos de duración. Fue durante una tarde estival de un domingo perdido del año 1934 y tan sólo tardó dos horas en rodarlo. Los actores eran su reciente esposa Virginia Nicholson, un amigo, y él mismo. A esa temprana edad ya era un director y actor teatral reconocido y había triunfado en Dublín con la compañía de Katherine Cornell. El cortometraje empieza con unos muy sencillos títulos de crédito escritos sobre un papel. En un principio parece un simple divertimento como él mismo la calificaría más tarde, pero si nos fijamos bien observaremos que tiene escenas nada despreciables. Sus imágenes rezuman el espíritu del cine alemán de los años veinte ("Nosferatu", "El gabinete del doctor Caligari"...). También se puede buscar una influencia buñeliana con el cadáver de la mujer en el interior del piano al estilo "Un chien andalou". La primera escena de esta miniatura fílmica tan peculiar se abre con una imagen de una bola de cristal muy parecida al artefacto con nieve artificial del inicio "Ciudadano Kane". En este experimento fílmico aparecen ya dos temas recurrentes en toda su obra posterior, la muerte y el dinero. Una vez más tengo que agradecer a esta red (da miedo pensar en su poder) de Internet el poder brindarnos a los aficionados aspectos del arte y de la vida misma, que antes ni siquiera podíamos soñar.
A continuación tengo el enorme placer, si no la han visto, de presentarles el primer trabajo detrás de las cámaras de ese monstruo del celuloide. Por cierto quiten el sonido, originalmente era totalmente muda y a disfrutar.



domingo, 16 de diciembre de 2007

LA LOCURA


El tema de la locura siempre me ha fascinado. La máquina neuronal y misteriosa que nadie sabe aún con certeza como funciona y que hace correr ríos de tinta con teorías alucinantes de todo tipo, sigue siendo un gran enigma. El otro día releyendo un libro de aforismos del gran Cioran me despertaron una honda inquietud los siguientes párrafos sobre la locura:

"En la primavera de 1937, paseando por el parque del hospital psiquiátrico de Sibiu, en Transilvania, fui abordado por un "huésped". Intercambiamos algunas palabras y luego le dije: "Se está bien aquí." --"Es cierto. Merece la pena estar loco", me respondió. "Pero está usted a pesar de todo, en una especie de prisión." -- "Si usted quiere, pero aquí se vive sin la menor preocupación. Además, la guerra se acerca, usted lo sabe tan bien como yo, y este lugar es seguro. No se nos moviliza y no se bombardea un manicomio. Si yo fuera usted, me haría internar inmediatamente." Turbado y maravillado, le dejé e intenté informarme sobre él. Se me aseguró que estaba realmente loco. Loco o no, nunca nadie me ha dado un consejo más razonable."

"Si algo estorba la continuidad de la reflexión es sentir la presencia insistente del cerebro. Esa debe ser la razón por la cual los locos sólo piensan por destellos."

Acto seguido me vino como un destello a la mente, no sé si de locura, la vida del pintor Richard Dadd. El pintor victoriano estaba obsesionado con las hadas y las pintó durante toda su vida en su celda acolchada del manicomio de Bedlam. Dadd era un joven pintor donde mezclaba elementos de fantasía con otros de oníricos. Su vida dio un vuelco cuando en 1842 emprende con un amigo un viaje por Oriente. A la vuelta ya no sería el mismo hombre. En su estancia en El Cairo se sentó a fumar la pipa de agua con unos parroquianos del lugar. Se pasó varios días con las noches incluidas fumando sin parar. Su fijación era el gorgoteo que según él era un lenguaje del más allá e intentaba descifrarlo, al final lo consiguió. Según sus declaraciones posteriores era el mensaje del dios Osiris que según un mito murió desmembrado y le había hecho un encargo a través del lenguaje de la pipa. Ahora tenía una misión que cumplir. El compañero de viaje detectó cambios en su conducta y volvieron rápido a Inglaterra. Más tarde los médicos diagnosticaron que había sufrido un fuerte golpe de calor y lo enviaron a pasar unos días de reposo con su padre viudo al campo. En una tarde aciaga ambos salen a dar un paseo por el bosque cercano, en una parte solitaria del bosque destroza la cabeza al padre con un machete y luego lo desmiembra. Días más tarde es capturado y entre sus cosas se encontró una lista de posibles víctimas, la primera de su lista era su padre. Fue encerrado por vida a la edad de 27 años en el manicomio de Bedlam actualmente el más antiguo de Europa. Allí pintaría el grueso de su obra y entre todas está su obra maestra el lienzo "The fairy feller´s master-stroke" (El golpe maestro del leñador duende) actualmente expuesto en el Tate Gallery de Londres. El carismático Freddie Mercury compuso una canción con Queen sobre el cuadro y con el mismo título. Durante casi diez años Richard Dadd estuvo sin descanso trabajando en ese cuadro oscuro producto de un destello de locura y que está lleno de pequeños detalles fantasiosos. En el centro del oscuro cuadro se ve a un hombre de espaldas con una hacha levantada a punto de dar el golpe maestro, pero parece que falta alguien, falta la víctima. Seguramente su mente enferma no quería acordarse de ella.






jueves, 6 de diciembre de 2007

URGENCIAS

En urgencias de un hospital se cruzan miradas y se ven rostros que coinciden por unas horas y que luego, en la mayoría de las veces, nunca más se vuelven a ver. Son esas vidas cruzadas por el azar accidental. El infortunio y la desgracia hacen un nudo que a veces por suerte puede deshacerse o por desgracia terminar en un nudo gordiano. La sala de espera actúa como escenario donde todos desean acabar lo antes posible y también como un pequeño observatorio improvisado de las dolencias ajenas, quizás para tranquilizar la nuestra. Los conductores de las ambulancias con sus copilotos cruzan palabras de camaradería con los individuos del mostrador de urgencias. Dentro hay camillas y sillas de ruedas en fila a lo largo de un pasillo con enfermos esperando a ser atendidos con la mayor celeridad. Al fondo, una camilla con una anciana tapada con una sábana hasta la nariz. Sus ojos de rata asustada están protegidos por los cristales de sus gafas que reflejan la fría luz de los fluorescentes del pasillo. Sus inquietos ojos no pierden detalle de todo lo que pasa a su alrededor. Está sola en la vida, nadie la acompaña en la enfermedad de una soledad no deseada. Una enfermera joven la ayuda con una silla de ruedas a trasladarla al baño. Las respuestas de la joven enfermera van cayendo como piedras pesadas a lo largo del pasillo. Son palabras de simpatía artificial con unas respuestas desgastadas por el múltiple uso con otros enfermos seguramente ancianos y sordos.

Miró al hombre del libro indirectamente siguiendo la conversación a su hijo adolescente e inmaduro, que con un esguince en el pie juega como un niño, tal como es en la realidad, con la silla de ruedas como si fuese un juguete teledirigido por su mente inconsciente. La mujer oteadora aún conserva el rostro y el tipo de aquel tiempo no tan lejano que joven y simpática atraía a jóvenes y no tan jóvenes, como osos a la miel, para embriagarlos dulcemente con su presencia viva y coqueta. Sus párpados levemente caídos conservan una mirada felina, el pelo rubio y suavemente rizado le favorece agradablemente. Su mirada vuelve a inquirir levemente al hombre del libro que levanta la vista. La mirada de la mujer le turba y vuelve a sumergirse en la lectura, la falta de aire le hace volver a levantar la vista. Entonces ella ríe levemente marcando dos pequeños hoyuelos en sus mejillas y aparta la mirada con un gesto de cierta superioridad animal.
La última mirada a la salida del hospital fue ambigua y rápida. El hombre del libro sabía con una seguridad científica que sus rostros y miradas difícilmente volverían a cruzarse. Y su cara día a día se iría evaporando como ocurre a los que pierden la visión. "Lo más terrible era comprobar como iba perdiendo el recuerdo de los rostros de mis seres más queridos" le martilleaba constantemente en la mente la frase del ciego. Para tranquilizarse, igual algún día por otro juego del azar en una calle nos encontramos como buques a la deriva surcando el mar de asfalto, uno cerca del otro sin desviarnos y cada uno con rumbo hacia un puerto distante y desconocido, pensó. Pero siempre le quedará la incertidumbre de hacer sonar la sirena a su paso, pensó con tristeza.